Alan Luna
Moctezuma Ilhuicamina, el gran Ilhuicamina, fue el quinto rey de los aztecas, sucesor de su tío Ixcoatl. El Huey Tlatoani mexica, es reconocido por sus grandes hazañas de expansión; marchó a muchos lugares tratando de ampliar y consolidar al imperio azteca. Y grande y poderoso se consolidó.
Fieles a ese espíritu guerrero, que marchó grandes distancias para la prosperidad de su pueblo, los estudiantes de la preparatoria “Moctezuma Ilhuicamina” en Tijuana, Baja California, organizados en la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR), pelearon durante dos años y medio, aproximadamente, la clave para su centro educativo, sin la cual, se frenaba un avance de cualquier tipo: desde la infraestructura hasta las constancias de estudio para los muchachos.
Los estudiantes de la preparatoria organizaron una serie de manifestaciones y en cada movilización, presentaron argumentos contundentes que demostraban por qué era justa y necesaria su demanda.
Grande fue su lucha, en la que realizaron, además de mítines, conferencias de prensa, eventos culturales y cadenas humanas, dos caminatas desde Tijuana hasta Mexicalli; en estas caminatas el reto mayor no fue la distancia y mucho menos el cansancio y desgaste ocasionados por ésta, sino el terreno por donde se transitó: curvas constantes, subidas y bajadas, cruzando la Laguna Salada, zona completamente desértica, pero necesaria atravesar para poder llegar a su destino.
Todo esto soportaron los estudiantes combatientes para lograr su fin último: la clave para su preparatoria que era, en consecuencia, una mejora educativa para ellos y los que decidieran estudiar en la misma, después de ellos.
Y a pesar de todo el esfuerzo señalado, en donde no flaquearon las fuerzas de los jóvenes, el gobierno de Baja California, como la mayoría de los gobiernos en nuestro país, no ponía atención a tan importante demanda.
Pero como el agua, que gota a gota cae sobre la piedra y llega un día en que la rompe, nuestros compañeros presionaron, y aunque la piedra que tenían enfrente era de las duras, finalmente pasó lo que era necesario cuando se es constante: la victoria. El gobierno de Baja California cedió y el 5 de junio se entregó la clave a nuestros compañeros. Gran regocijo siente la FNERRR nacional con el triunfo de Baja California; ¡enhorabuena, compañeros!, para ustedes van estas últimas palabras (no mías, pero sentidas como si lo fueran) de un gran escritor latinoamericano, José Martí:
“Ellos son los héroes; los que pelean para hacer a los pueblos libres, o los que padecen en pobreza y desgracia por defender una gran verdad.”
FNERRR en pie de lucha
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