La necesidad de luchar para los jóvenes
Raúl Abelino
Ernesto (el Che) Guevara, expresó: “Los estudiantes son en su mayoría revolucionarios. Revolucionarios por naturaleza, porque pertenecen a ese estrato de jóvenes que se abren a la vida y que adquieren todos los días conocimientos nuevos”. El conocimiento despierta las conciencias y los estudiantes son el crisol y parte fundamental de la conciencia social ante tanta desigualdad. Los gobiernos protegen los intereses de la clase pudiente privilegiándolos mediante leyes que aparentemente se aplican con igualdad para todos, a esta clase no le interesa que haya una educación de calidad, democrática y mucho menos crítica, sino una educación mecanizada, que transforme al estudiante en fiel servidor a sus intereses.
El bajo nivel educativo efectúa el crecimiento de la pobreza y viceversa. Así, en los lugares como Guerrero y Oaxaca donde los niveles educativos son muy bajos (se suman otras causas como la irregularidad en la impartición de clases por diferentes factores) según el coneval, representan los índices más altos de pobreza. Los grandes empresarios se ven beneficiados con tanta desigualdad, ya que de esta depende su riqueza y el gobierno no hace nada, porque solo es un títere de estos.
No obstante, señaló el Che Guevara “los estudiantes son en su mayoría revolucionarios” se organizan y luchan conscientemente por mejor educación. Es el caso de los jóvenes estudiantes aglutinados en la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) que luchan para mejorar sus condiciones educativas.
Los estudiantes pertenecientes a la Universidad Interserrana del Estado de Puebla-Ahuacatlán (UIEPA) adheridos a la federación, llevan 24 días manifestando la falta de oportunidades para quienes no fueron aceptados en la BUAP y es clara la indiferencia de la autoridad pues no pretende resolver sus demandas y por si fuera poco, el pasado lunes de 10 de agosto fueron agredidos por un grupo de delincuentes que dejaron a más de diez estudiantes heridos, en las propias instalaciones del plantel educativo. Es claro que los delincuentes obedecieron órdenes del rector de la Universidad Interserrana, Enrique Sosa Toxqui.
Las irregularidades y amenazas que habían recibido los estudiantes habían sido notificadas en reiteradas ocasiones y se denunció ante las autoridades correspondientes, como a la subsecretaría de Educación Superior en el estado, a cargo de la C. María del Carmen Salvatori Bronca, ésta lejos de atender la denuncia, hizo caso omiso.
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