La educación: un derecho elemental
Vemos hoy en día como la educación en México se
ha tornado como un negocio a favor de las clases dominantes, es decir, de
aquellas personas que concentran la riqueza del país.
La mayoría de candidatos que aspiran a gobernar,
en sus discursos, hablan de la importancia de la educación, aunque en la
realidad no sea así. Está claro, que a los políticos y a la clase privilegiada,
no le interesa que el pueblo se eduque y por lo consiguiente no le invierten a
la educación.
El artículo 3° constitucional dice que “todo individuo tiene
derecho a recibir educación… el Estado garantizará la calidad en la educación
obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización
escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los
directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos.”, queda
de manifiesto que todo esto se queda en letra muerta.
Es difícil, que el gobierno quiera ocultar las cifras de los
jóvenes que son rechazados de las escuelas, e incluso de aquellos que no pueden
estudiar o están estudiando pero por no contar con el recurso económico desertan
de sus escuelas. Es un problema que está a la vista de todos, y aunque se nos
haga ver lo contrario, hay cifras oficiales que muestran la cruda realidad.
Un ejemplo claro tenemos de los jóvenes rechazados de la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), de 48 mil registrados para
ocupar un lugar dentro de la universidad, 28 mil fueron rechazados; y a pesar
de que muchos de ellos que presentaron el examen, cumplen con los requisitos
para dicho ingreso, se les negó su ingreso manifestando que ya no había cupos
en las facultades.
¿A dónde van a parar los jóvenes rechazados? En el mejor de
los casos al empleo informal, pero la mayoría de ellos a las filas de la
delincuencia organizada (narcotraficantes, bandas de secuestradores o asaltantes,
etc.). Ya sabemos en qué termina las historias de estos jóvenes: las cárceles o
muchos de ellos muertos.
Esto que estamos observando en Puebla, se da en todos los
estados de la República Mexicana y cada vez más se va agravando, ya que la
tendencia de los gobiernos municipales, estatales o el federal es de destinar
cada día menos recursos a la educación del pueblo, para que éste no tenga la
manera de educarse, y así mantenerlo en la ignorancia para que no proteste en
contra del sistema que está afectando a los pobres del país.
¿Ante esta situación que nos queda como jóvenes que queremos
prepararnos para estar en mejores condiciones para sobrevivir en este sistema
capitalista? Primeramente debemos concientizarnos de que si nosotros no hacemos
nada por cambiar esta situación nadie lo va hacer por nosotros; segundo,
organizarnos con otros jóvenes para luchar por este derecho que al parecer es
letra muerta; y tercero, junto con los pobres de este país, amas de casa,
obreros y campesinos, hacer una fuerza nacional para cambiar a los gobernantes
que siempre han estado al frente de los diferentes gobiernos, pero nada más
para beneficiarse a ellos, a sus amigos, compadres y familiares. Esto no puede
ser eterno, como dicen: “no hay mal que dure cien años, ni enfermo que la
aguante”.
Por tanto, fortalezcamos a la organización de jóvenes
estudiantes de la FNERRR, para que sigamos enarbolando luchas, ganemos demandas
para beneficio de los hijos de los pobres, y de esta manera nos demos cuenta de
lo que es capaz nuestra fuerza juvenil bien encauzada y mañana junto con otros
hermanos nuestros cambiemos este sistema.